viernes, 13 de febrero de 2009

Un instante con nuestra Dama.



Los que somos fieles a sentarnos en torno a la camilla de su salón somos sabedores de la suerte que tenemos contando con un sitito donde encontrarnos como en casa, donde no faltan la cordialidad, el buen ambiente, el respeto y la grata sorpresa de leerle de nuevo. Nunca fuí persona de darme a conocer, ni siquiera me inquieta ponerle cara a aquellos que leo a menudo. Esta vez la ocasión lo merecía, y con el pretexto de entregar un símbolico detalle, rompimos las reglas y coincidimos para tomar una cerveza.
Si gratificante es abrir su puerta y encontrarnos una nueva entrada, imagínense que te dedican una entrada en una página de las que no se leen; entrada con lugar para hacer realidad una camiseta soñada, momentos de recuerdos de la isla cubana, intercambio de vivencias cofrades, de sentimientos verdiblancos, de impresiones musicales y sobre todo momento de derroche de sevillanía. Tan poca cosa que en mil ocasiones ni apreciamos y que cuando estás lejos de esta tierra santa tanto se echa de menos. Una cerveza en una buena tarde sevillana y con mejor compañía con la que tener un instante de esta tertulia que tanto nos gusta.
No tengo palabras para definir el encuentro, ni la satisfacción que me llena el sentirme colaborador de hacer realidad una ilusión.
En la despedida, Dama, me equivoqué. No fue un placer conocerte. Fue un auténtico privilegio poder compartir ese momento y quedaré eternamente marcado por mi humilde colaboración londinese. Desde Picadilly Circus en Londres y hasta el mismo Tremendo sevillano, no puedo pasar por alto este gesto, y en lo que pueda servirte, aquí tendrás para siempre un amigo para lo que necesites.
Gracias.

viernes, 9 de enero de 2009

Año nuevo, propósitos nuevos.



Entiéndase la imagen como mi lugar de evasión. Orilla del guadalquivir poco conocida y descubierta gracias a un amigo en una de esas noches que sin saber por qué resulta difícil conciliar el sueño, y es por eso que decides pasear, a pensar, a disfrutar de un paseo en soledad.

Y es allí donde rebobinando, en una de tantas visitas, llegué sentir que necesitaba seguir con este proyecto (parado) de expandir mis vivencias a la red de redes, donde quién sabe quién lee, a quiénes le mola, etc. El caso es que siempre que escribí me sentí bien ... ¿por qué dejarlo?.

Desde la última entrada, varias cosas me han pasado dignas de reseñar. Reviví el concierto de Manolo, en San Fernando y de balde. Viví una semana en las playas gaditanas, marco incomparable, viajé imprevisiblemente a Cuba en una semana y me llené de sensaciones habaneras extraordinarias, al punto de hacer mella en mi vida. Por ir a Cuba me perdí el Mano a Mano de Morante y José Tomás en El Puerto. He sacado cofradías en fechas extraordinarias, confirmo que sigo disfrutando debajo de los pasos, he hecho nuevos e interesantes amigos y compañeros de fatigas bajo los palos, y he vuelto a sentir el oficio sacro cumpliendo honradamente con el deber del mismo, y sigo tranquilo porque aún sigue pareciéndome que es la primera vez que voy a meterme en un paso cada vez que llega la hora de vestirme en una sacristía o una casa-puerta a instanstes de pasear a María o su Hijo. He disfrutado un año más en las noches de promoción de La Maestranza. Volví a vivir una extraordinaria y fría madrugada anticipada, sin vestir de ruán, y con el Señor en la calle en un regreso a casa más que majestuoso. La crisis se dejó ver en mi puesto ... y no hay mal que por bien no venga. Viajé a Inglaterra donde me he instalado provisionalmente, donde intento aprender el idioma. Y desed Inglaterra, a través de la gran obra del Canal de La Mancha, he revivido momentos en Amsterdam y Brujas. Pasé mi primera nochebuena lejos de los míos, y regresé al paraiso Sevillano para cambiar de año y pasar los reyes. Ahora regreso de nuevo a tierras anglosajonas, y una vez allí volveré a Londres, pasaré por La Caverna de Liverpool a sentir allí mismo a The Beatles, e intentaré cruzar de nuevo el canalito y llegar hasta Suiza. Por supuesto que aquello no es lo mío ... pero quién sabe qué nos depara el destino. Prometo volver al menos para vivir una nueva cuaresma y una nueva Semana Santa.

En breve, ya desde Inglaterra, escribiré a cerca de los hechos acontecidos durante el año expuestos brevemente arriba.


Saludos a todos, y que el nuevo año os colme de Felicidad.

martes, 24 de junio de 2008

21-J Manolo García.

Está claro que por mucho que queramos atrás quedó EUDLF hace mucho, pero entiendo que todo en la vida cambia ... en ocasiones a mejor, y en otras a peor.
Cuando me enteré de la cita de Manolo en Sevilla no dudé en comprar la entrada, y es que estaba seguro de que echaría un buen rato. Entiendo que escuchar a grandes artistas en directo siempre merece la pena. Ni siquiera tuve tiempo de ponerme al día del último album porque, a decir verdad, tampoco me atraía en demasía. Me hallaba en la esperanza de que a la cita no fallaran grandes éxitos para poder bailar como un indio en momentos de insurrección, y, por qué no, temas de su carrera en solitario que también han hecho mella como San Fernando, Levedad, Malva ...
Sin lugar a dudas, el sol de Sevilla es una maravilla ... pero la calor llega a ser agobiante. El calor que se pasó en el concierto es facilmente comparable con las temperaturas y momentos de sofocos que se llegan a pasar debajo de un paso. Apretaditos, en ocasiones algo agobiado y arrancando a sudar como pollos. Aún así, y sopesando todo, merece la pena asistir al concierto. De hecho estoy planteando una visita a San Fernando para volver a verlo.
A Dama que, por lo que acabo de leer, mucho le gusta este tema y sin dudas fue uno de los picos del concierto.

INSURRECCIÓN
¿Dónde estabas entonces cuando tanto te necesité?
Nadie es mejor que nadie pero tu creíste vencer.
Si lloré ante tu puerta de nada sirvió.
Barras de bar, vertederos de amor...
Os enseñé mi trocito peor.
Retales de mi vida, fotos a contraluz.
Me siento hoy como un halcón
herido por las flechas de la incertidumbre.
Me corto el pelo una y otra vez.
Me quiero defender.
Dame mi alma y déjame en paz.
Quiero intentar no volver a caer.
Pequeñas tretas para continuar en la brecha.
Me siento hoy como un halcón
llamado a las filas de la insurrección.


Saludos.

jueves, 5 de junio de 2008

La estampa de mi coche

Corría el año 2.002 cuando el Martes Santo le andube cagrejeando desde Orfila hasta la entrada en El Duque. A los que nos gusta esto, disfrutamos andando como los cangrejos delante de los pasos. De aquellas, aún no sacaba nada el Martes Santo y podía disfrutar de todas las cofradías en la calle. Dispuestos a salirnos de la bulla de delante del paso, un nazareno de la presidencia, bajito y entrado en edad (por lo que se podía intuir por las arrugas del rostro que los agujeros del antifaz dejaban ver) nos paró y nos regaló una estampita del Señor. Tras darle las gracias, le di la vuelta y en aquel momento sentí cuál era el sitio de esa estampa. Al llegar al coche, tras una jornada agotadora, saqué la estampa de la cartera y la puse en una de las uniones de las piezas decorativas del coche ... y ahí ha permanecido hasta hoy, día en que mi coche ha pasado a mejor vida.Mi coche era único y emblemático allá donde quisiera que fuese. Cuántos recuerdos, cuántos momentos vividos, cuántas emociones y cuántos lamentos, cuántos cielos de estrellas divisados por su particular techo solar, cuantos transportes de insignias, enseres y altares, cuántos kilómetros para ver o sacar cofradías, para rezarle cerquita al Señor de Sevilla o a la Reina de las Marismas, para disfrutar de una tarde de playa o para disfrutar de dos mellizas que me alumbran cada mañana ... y un largo etcétera. Siempre conmigo, siempre con una ropa en el maletero por si hiciera falta en un caso extremo y hubiera que sacar cualquier paso, con papeles llenos de proyectos, con planos obsoletos pero llenos de cariño.
En breve tendré otro coche, nuevo y mejor ... y otro coche donde colgaré las medallas que ahora acabo de descolgar y donde presidirá esta estampa que sin ser de mi titular a buen recaudo siempre me ha ayudado a llegar.
Tal como dice en el reverso de la estampa, una vez más "te pedimos Señor nos concedas Salud y Buen Vaje".

martes, 13 de mayo de 2008

Carta a un Amigo

Hoy, que celebramos ya Pentecostés, y que siento la Semana Santa como algo que pasó hace ya mucho tiempo, la vena cofrade me sube de nivel y la melancolía me llena de recuerdos y quiero compartirlos contigo. Bien sabes mi misión de los dos últimos Martes Santo, el primero truncado por la lluvia y este último glorioso con la satisfacción del deber cumplido: ser los pies de un Cirineo para un Cristo que con silueta morena se pasea una tarde cada año con la intención de Evangelizar al modo que más nos gusta, o lo que es lo mismo, sentirme costalero como pude aprender de mi padre, y sentir la satisfacción de cumplir con un oficio para el que el mismo Dios nos creó. Y es que, como dice Antonio Santiago, el saliente que Cristo nos puso en la séptima vértebra cervical no tiene otro cometido que poder pasear a Dios y su Santísima Madre al sevillano modo.
La chicotá que te enlazo pertenece a uno de los tramos que por un motivo u otro no son de especial convocatoria de público. Quizás por la hora y tratarse de un día laboral, o la escasez catecúmena del pueblo, acomodado y falto de Dios. Cualquiera que sea el motivo me entristece, pero poco me importa. En esos momentos es donde hay que demostrar el oficio y cumplir con Él. En la chicotá que ahora verás, llegado a la altura en la que unos ancianos impedidos esperaban el paso de la cofradía mantuvimos al Señor sobre los pies para que lo disfrutaran un ratito y le rezaran sus oraciones.
Se me viene a la mente el Señor de las Penas de la Estrella de Triana a su paso por Tetuán y a su Capataz, Manolito Vizcaya (gran amigo de tu buen amigo que tiene y ostenta el orgullo de sentirse Costalero debajo de ese misterio), que le decía a sus costaleros: "no correr con Él, que la gente que lo está viendo lleva un año esperando para rezarle en las calles de Sevilla"; el mismo Cristo que un 28 de enero te decían que la primera de las levantás en la capilla se dedricaría al mejor de tus maestros.
Está claro, y ya lo decía Ruiz Mantero, que en los tiempos que corren poco hay más evangelizador y poco acerca más al pueblo a Dios que una cofradía. Y créeme ... poco me satisface más que poder cumplir debajo de un paso. Como costalero que eres, bien sabes lo que debajo de un paso se siente y se vive; si bien es cierto que cada año, aunque el paso, la gente, y las calles son lo mismo, cada año tiene una connotación especial. Bien por el estado de ánimo, o por tu propia situación personal, o porque quieres acercarte a Él en una meditación íntima y sufrida por un motivo u otro.
El martes santo de este año venía cargado de ilusiones ... y deberes. Satisfacción de ver por primera vez a mis sobrinas cumpliendo con el oficio sacro y poder hacer pública una oración por ellas con el permiso de la cuadrilla, más aún después de un año de lluvia. Oración por mi abuela, al menos para que sus últimos días fueran con la mejor calidad de vida posible, y a día de hoy, amputada, pero podemos decir que goza de salud, ofrecimiento de mi estación de penitencia para aliviar las penas y males de familiares y amigos. Y deberes ... deber de pedirle por tu padre, para que lo guarde siempre en su gloria y bien cerquita de Él, para que os transmita la fuerza y el corage suficiente como para seguir adelante en esta vida que nos toca vivir llena de obstáculos y zancadillas.
Cuando se arría el paso en el templo experimento un vacío que en poco se llena. Vacío porque un año de espera es mucho para que en unas horas todo se acabe, y lleno porque me reconforta la sensación que al principio describía: la satisfacción de haber cumplido con el deber como costalero, y con la esperanza de que podré experimentar similares sensaciones tantos años como Él quiera tenerme entre los elegidos para pasearle.
En realidad poco puedo decirte a cerca de el por qué de esto que hoy te comento. Por qué te escribo esto. Quizás la respuesta esté en que hoy celebramos la venida del Espíritu Santo, la tercera persona de la Santísima Trinidad, que junto con el Padre y el Hijo llenaron de fuerza y energía a los primeros discípulos para seguir evangelizando después del gran vacío que provocó la pérdida de Dios hecho hombre.
Espero, Amigo, que esta Pascua pasada y este Pentecostés llenen en especial a ti y tu familia y os hagan fuertes para seguir adelante a pesar de las Amarguras que os tocan vivir.
Un fuerte abrazo.

lunes, 5 de mayo de 2008

Caballo de Cartón








Andaba de curso en Madrid con una compañera conocedora de mi pasión por Sevilla y por el Maestro. En los ratos libres, como es lógico, salíamos de turismo. Buscando el hotel para descansar nos adentramos en las tripas del Metro siendo sorprendente que tomábamos en aquel momento la línea de la que habla Sabina en su canción. Ni corto ni perezoso me dispuse a entonarle como mejor pude aquel estribillo que dice: "Tirso de Molina, Sol, Gran Vía ..." poco más pude cantar pues en breve me saltó con lo de siempre, "ya estás con el Joaquinito ese", "te va a dar algo chiquillo" ... yo seguía a lo mío a la par que dos jóvenes vagabundos nos sacaban algunas perras para un billete a Barcelona. Casualidad que estos jóvenes de mala pinta subiesen codo con codo con nosotros al vagón, cosa que produjo cierta inquietud en mi compi (es lo que nos suele pasar cuando sentimos "peligro"). Lejos de la realidad, y al parar en la siguiente estación estos jóvenes, haciendo honor a su condición alzaron la voz y entonaron aquello mismo que hacía pocos minutos tuve el valor de cantarle a esta niña.


Un escalofrío recorrió mi cuerpo e hizo que se me saltaran dos lágrimas que recorrieron mis mejillas ... y es que me di cuenta de primera mano de aquello que siempre me dice un buen amigo e instructor en este Genio: "Sabina es tan grande que llega hasta donde menos lo esperas". Cierto, ¿quién me iba a decir que en las entrañas madrileñas iba a sentir al Maestro más vivo que nunca?.


A Dama y a Gata que está en lo cierto, ya que yo la primera vez que lo vi pensé que sería la última (estaba bastante perjudicado) y desde entonces me faltan dedos para contar las veces que lo he visto ... de cerca, de lejos, con más y menos gente.

sábado, 30 de septiembre de 2006

28-S. Sabina en Directo.

Dos dias después de sentir profundamente en el concierto con el que el poeta golfo nos deleitó en el auditorio de la cartuja, sigo sin palabras, ni siquiera formas, para explicar lo que significó el echo de asistir al mismo.

Un buen amigo me contaba unos dias antes que "llorar y reir es sentir" y que en el concierto de Sabina "alcanzaríamos el nirvana y saborearíamos el mejor de los sabores". Quizás lloramos, quizás reimos, quizás alcanzamos el nirvana, quizás saboreamos el mejor de los sabores ... Hoy, dos dias después sigo sin saber si de verdad estube o solo fué un sueño.

Permítanme disfrutar de una de mis letras preferidas, y quizás el mejor de los momentos del concierto:


Y Sin Embargo
De sobras sabes que eres la primera,
que no miento si juro que daría
por ti la vida entera,
por ti la vida entera;
y, sin embargo, un rato, cada día,
ya ves, te engañaría con cualquiera,
te cambiaría por cualquiera.

Ni tan arrepentido ni encantado
de haberme conocido, lo confieso.
Tú que tanto has besado
tú que me has enseñado,
sabes mejor que yo que hasta los huesos
sólo calan los besos
que no has dado,
los labios del pecado.

Porque una casa sin ti es una emboscada,
el pasillo de un tren de madrugada,
un laberinto
sin luz ni vino tinto,
un velo de alquitrán en la mirada.

Y me envenenan los besos que voy dando
y, sin embargo, cuando
duermo sin ti contigo sueño,
y con todas si duermes a mi lado,
y si te vas me voy por los tejados
como un gato sin dueño
perdido en el pañuelo de amargura
que empaña sin mancharla tu hermosura.

No debería contarlo y, sin embargo,
cuando pido la llave de un hotel
y a media noche encargo
un buen champán francés
y cena con velitas para dos,
siempre es con otra, amor,
nunca contigo,
bien sabes lo que digo.

Porque una casa sin ti es una oficina,
un teléfono ardiendo en la cabina,
una palmera
en el museo de cera,
un éxodo de oscuras golondrinas.

Y cuando vuelves hay fiesta en la cocina
y bailes sin orquesta
y ramos de rosas con espinas,
pero dos no es igual que uno más uno
y el lunes al café del desayuno
vuelve la guerra fría
y al cielo de tu boca el purgatorio
y al dormitorio el pan de cada día.



Gracias.